La consigna es clara: hay que protegerse del sol, tanto en invierno como en verano. El mensaje parece que ha calado hondo en la sociedad. Cada vez hay más gente que utiliza crema solar. Un reciente estudio revela que el 70% de las personas se protege, pero eso no significa que lo haga de forma correcta o entienda el lenguaje de las cremas solares.

Hay quienes piensan (un 42% de los encuestados) que un SPF 30 es doblemente eficaz que un SPF 15. Otros no saben cada cuánto deben renovar la crema y muchos desconocen cuál es el momento ideal para aplicarla.

En d-pílate beauty concept vamos a despejar esas dudas y descubrir cómo utilizar el protector solar.

Estos 8 puntos te servirán para que no cometas los errores del pasado y te enfrentes al sol con más precaución.

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1.»La protección del 50 es mejor que la del 15″

En primer lugar, debemos desterrar un falso mito. Un factor de protección solar de 50 por ejemplo, no protege más del sol que uno de 15. Ambos son igual de efectivos.

La diferencia radica en que una de 50 nos permitirá estar protegidos contra el sol durante más tiempo que una de 25. Por lo tanto, un factor de protección solar alta no indica una mayor protección frente a la intensidad del sol, sino una protección durante más tiempo de exposición.

Para entenderlo mejor explicaremos como funciona: Cada factor que nos aplicamos equivale a 10 minutos sobre nuestra piel, es decir una crema con un factor de protección solar 1 nos duraría en la piel unos  10 minutos, es por ello que un FPS15  nos duraría 150 min ó 2h y media.

Del mismo modo un FPS 30 nos protegería 5 horas y uno de 50 nos duraría en la piel 8 horas y media.

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2.Cuidado con usar la del año anterior

Si eres de las personas que solo utiliza la protección solar en verano recuerda que las cremas, al igual que los alimentos, tienen fecha de caducidad. Si no la respetamos y seguimos usándola más tiempo del que marca el anunciante, ésta puede perder propiedades y dejar de ser eficaz. Los protectores solares suelen tener una vida útil de 12 meses  por lo que no es muy recomendable reutilizar la del año anterior.

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3.Póntela en casa

Si vas a realizar actividad física en el exterior o vas a visitar una playa o piscina, lo recomendable es  echarse la crema entre 20 minutos y media hora antes de la exposición y renovarla nada más llegar al destino.

Hacerlo con anterioridad es la forma de garantizarnos que la crema se mezclará correctamente y de forma uniforme con nuestra capa cutánea.

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4.Sé generoso

Lo que dicen todas las casas comerciales y estudios es que para llegar a la máxima protección debes poner 2 miligramos por cada centímetro cuadrado de piel. Lo que para un adulto medio (ni muy alto ni muy bajo) supondría 30 mililitros (un tapón del envase  o una pelota de golf)

protege tu piel5.La crema de cuerpo también vale para la cara

Que exista una crema específica para el cuerpo y otra para la cara tiene una explicación pero no significa que no puedas protegerte el rostro con la crema que te echas en las piernas.

Si hay una crema específica para la cara se debe a su composición. Al tener más glándulas sebáceas suele tolerar peor las cremas más grasas, pero no hay un motivo de salud que diga que haya que proteger la cara de una forma y el cuerpo de otra, continúa.

Recuerda que la piel de la cara y manos es la única que está siempre expuesta a la luz solar por lo que debe de protegerse durante todo el año.

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6. Usando protector también te pones moreno

Quizás lo hagas más lentamente pero eso no significa que no vayas a cambiar de tono de piel. El moreno será más gradual y también más seguro.

protege tu piel7.También hay que protegerse en ciudad

La mayoría asociamos las cremas solares a los días de vacaciones y las jornadas de playa y piscina. Pero tan importante es usarla al lado del mar como ponérsela cuando sales a dar un paseo por la ciudad. Especialmente cuando ese paseo se produce a una hora de mucho sol y en una zona sin sombras.

protege tu piel8.No te olvides del empeine, la planta del pie y el cuero cabelludo

Cuando se trata de protegernos del sol, hay zonas del cuerpo que se nos olvidan. En ese grupo está el empeine pero también las plantas de los pies. Aunque la piel de éstas, igual que pasa en las palmas de las manos, es más gruesa y filtra más por tener más cantidad de capas, no podemos olvidarnos de ellas. Cuando tengamos pensando echarnos una buena siesta tirados al sol, es recomendable protegerlas. Al no tener melanina no se ponen morena, pero se pueden llegar a quemar.

El cuero cabelludo es el otro gran olvidado. Tiene una protección natural que es el pelo, pero en las personas rubias, de pelo fino o con calvicie hace falta añadir un extra. El especialista aconseja recurrir a sombreros o gorros que eviten los rayos.